LAS OFRENDAS Y EL JURAMENTO
FEBRERO
DIA 19
Lectura: Números 28-30
"Manda a los hijos de Israel y diles: Cuidaréis de presentarme a su tiempo mis ofrendas, mi pan con las ofrendas quemadas de olor grato para mí" (Números 28:2)
Es muy importante que cada congregación tenga su liturgia o calendario de cultos programados para: adorar, evangelizar, aconsejar, servir, orar y ser diligentes con Dios. Este capítulo presenta un calendario litúrgico con ofrendas que el pueblo tenía que ofrecer a Jehová, cada día, semana, mes y en las fiestas solemnes, que incluía la pascua.
Israel estaba en campaña bélica e iba a entrar a Canaán, pero no debía olvidar de adorar a su Dios con las ofrendas y tenía que saber por qué ofrendaba con sacrificio al excelente Dios. Las ofrendas tenían que ser quemadas de olor grato para Jehová. Se ofrendaba a Dios en la fiesta de las Trompetas, en el Día del perdón y en la fiesta de los Tabernáculos. Nuestra ofrenda por el pecado es Cristo. Ya no necesitamos matar animales. Pero necesitamos ofrendar nuestra vida misma al Señor.
Según Vila, había cinco pasos en la presentación de las ofrendas. Se dejaba la ofrenda a la puerta del Tabernáculo; la persona que la ofrecía ponía sus manos sobre la cabeza del animal, como sustituto; luego tenía que matar al animal; el sacerdote derramaba la sangre de éste y finalmente la ofrenda se quemaba.
En Números 30, si un hombre hacía un voto o juramento, tenía que cumplirlo al pie de la letra, a Dios y a la comunidad, para su bienestar.
Hay “Normas relativas a votos hechos por las mujeres. Un voto hecho por una mujer estaba sujeto a la autoridad del varón, excepto en el caso de la viuda o divorciada, es decir, cuando no había ningún hombre que se hiciera responsable por ella”. (RV95)
Hoy necesitamos personas que cumplan su palabra, ofrendado a Dios, persona, tiempo y dinero, para edificar la Iglesia de Jesucristo.
MEDITE:
¿Usted cumple lo que promete? ¿Ofrenda su vida y dinero?