¿QUÉ HACE LA ESCUELA DEL SUFRIMIENTO?
Lea: 2 Corintios 1-4
NOVIEMBRE
DIA 16
El sufrimiento por causa de Dios, es la escuela de pedagogía del creyente, quien sufre para consolar con empatía, al ponerse en el lugar del otro.
Esta segunda carta, es personal emotiva y sensible, Pablo recomienda a la Iglesia a perdonar al ofensor que se ha arrepentido de la fornicación y habla del nuevo Pacto, ahora en Cristo, reflejamos su amor y el tesoro divino, lo tenemos en nuestro cuerpo como señal de muerte para dar vida al no creyente, pues, los sufrimientos valen la “gloria eterna”.
“En esta sección, Pablo alude al llamado triunfo o desfile victorioso que los generales romanos realizaban al volver de sus campañas militares. El cortejo desfilaba por la ciudad, exhibiendo tanto a los prisioneros de guerra condenados a muerte como a aquellos a quienes se les había perdonado la vida y habían sido destinados a ser esclavos. Al frente iban cortesanos esparciendo perfumes o incienso, que para los condenados a muerte era olor de muerte para muerte, mientras que para los otros era olor de vida para vida. Con esto se alude también al progreso continuo del evangelio (Col 2.15) y al concepto del cristiano como esclavo de Cristo”. RV95
Al igual que el Apóstol Pablo debemos comportarnos con la iglesia y la comunidad en general con los valores de la santidad y sinceridad, con una conducta acorde al Reino de Dios, y no a la perspectiva del mundo.
Moisés se colocaba el velo, porque su rostro brillaba y no lo podían ver. El velo sigue latente en los incrédulos, no pueden ver la gloria de Dios. “Pero cuando se conviertan al Señor, el velo será quitado” 2 Co. 3:16.
El creyente, renuncia a lo oculto y vergonzoso, sabe que Satanás cegó el entendimiento del Evangelio para que no tengan a Cristo, tiene el tesoro del mensaje divino, para la gloria de Dios. Por eso, el creyente sufre, pero esto es temporal, porque gozará de la gloria venidera en la eternidad.
La escuela del sufrimiento le ayudará a ser sensible, para que pueda ayudar y consolar a otro que sufre. El otro día, una creyente lloró por su nieto que estaba ebrio, la consolé, oré por ella; lo pude hacer porque yo sufrí. Aprenda a amar, a orar y servir a los huérfanos y viudas. Ore por nosotros...
ORE:
Padre, toma control de mi sufrimiento, para que aprenda, consuele y sea sensible al dolor del que sufre para acercarlo al Señor...
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