PRACTIQUE LA JUSTICIA, MISERICORDIA Y HUMILDAD
Lea: Miqueas 4-7
AGOSTO
DIA 01
Mi abuelo paterno solía decirme: “con buena cara, buena voz y hasta riéndose”; con esto me estaba diciendo, que él esperaba de mí, un correcto comportamiento y que le haga las cosas con agrado.
“¡Ya se te ha declarado lo que es bueno! Ya se te ha dicho lo que de ti espera el Señor: Practicar la justicia, amar la misericordia, y humillarte ante tu Dios” (Miqueas 6:8)
Estos versos resumen de manera admirable la predicción moral de los profetas. Miqueas retoma así el concepto de justicia que se encuentra en Amós, los conceptos de fidelidad y misericordia, en Oseas y los de fe y humildad, en Isaías. Dios rechaza aquellos sacrificios que son prácticas puramente exteriores. (RV95)
Hacer justicia: Dios es justo y quiere que su pueblo practique la justicia, esto es dar a cada uno lo que le corresponde. Amar la misericordia: “Bienaventurados los misericordiosos...” (Mt.5.7); “Andar humildemente con tu Dios”. El orgullo es el gran pecado del hombre; es querer vivir independiente de Dios. Andar humildemente con Dios implica rendirse a su voluntad para la vida. (Pott. Profetas menores. 1977)
Había crisis moral y la familia se veía afectada en sus relaciones, por la corrupción moral, y engaño contra el prójimo. Pero Dios estuvo presto para perdonar, escrito está: “sepultará nuestras iniquidades y echará a lo profundo del mar todos nuestros pecados”. ¡Qué promesa!
Hoy hagamos justicia al más necesitado, amemos con misericordia a los desconsolados, y humillémonos reconociendo a Cristo como Señor y Salvador. Cuando practicamos estas virtudes, hay paz en nuestra vida.
Los evangélicos somos censurados por no hacer buenas obras, por esto, sea amable, sirva al vecino, visite, ore, ayude al necesitado y así demos buenos frutos para que la gente alabe a Dios por portarnos muy bien; y recuerde de buscar a Dios para orar, meditar y ejercitar la piedad. Ore a favor nuestro...
ORE:
Padre, que ame mi familia y de ejemplo para que otros conozcan al Señor; que seamos sal y luz para que los perdidos te busquen y amen.
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