Éxodo 20
Dios Habla Hoy (DHH)
Los diez mandamientosA)'>
20 Dios habló, y dijo todas estas
palabras:
2 «Yo soy el Señor tu Dios, que te sacó
de Egipto, donde eras esclavo.
3 »No tengas otros dioses aparte de
mí.
4 »No te hagas ningún ídolo ni
figura de lo que hay arriba en el cielo, ni de lo que hay abajo en la tierra, ni
de lo que hay en el mar debajo de la tierra. 5 No te inclines delante de
ellos ni les rindas culto, porque yo soy el Señor tu Dios, Dios celoso que
castiga la maldad de los padres que me odian, en sus hijos, nietos y
bisnietos; 6 pero que trato con amor por mil generaciones a los que me
aman y cumplen mis mandamientos.
7 »No hagas mal uso del nombre del Señor
tu Dios, pues él no dejará sin castigo al que use mal su
nombre.
8 »Acuérdate del sábado, para
consagrarlo al Señor. 9 Trabaja seis días y haz en ellos todo lo que tengas que
hacer, 10 pero el séptimo día es de reposo consagrado al Señor tu
Dios. No hagas ningún trabajo en ese día, ni tampoco tu hijo, ni tu hija, ni tu
esclavo, ni tu esclava, ni tus animales, ni el extranjero que viva
contigo. 11 Porque el Señor hizo en seis días el cielo, la tierra,
el mar y todo lo que hay en ellos, y descansó el día séptimo. Por eso el Señor
bendijo el sábado y lo declaró día sagrado.
12 »Honra a tu padre y a tu madre, para
que vivas una larga vida en la tierra que te da el Señor tu
Dios.
13 »No mates.
14 »No cometas
adulterio.
15 »No robes.
16 »No digas mentiras en perjuicio de tu
prójimo.
17 »No codicies la casa de tu prójimo:
no codicies su mujer, ni su esclavo, ni su esclava, ni su buey, ni su asno, ni
nada que le pertenezca.»
Los israelitas sienten temor de DiosB)'>
18 Todos los israelitas fueron testigos de los truenos y
relámpagos, del sonido de trompetas y del monte envuelto en humo; pero tenían
miedo y se mantenían alejados. 19 Así que le dijeron a
Moisés:
—Háblanos
tú, y obedeceremos; pero que no nos hable Dios, no sea que
muramos.
20 Y Moisés les
contestó:
—No tengan
miedo. Dios ha venido para ponerlos a prueba y para que siempre sientan temor de
él, a fin de que no pequen.
21 Y mientras el pueblo se mantenía
alejado, Moisés se acercó a la nube oscura en la que estaba
Dios.
La ley para el altar
22 El Señor le dijo a Moisés:
«Di
lo siguiente a los israelitas: “Ya ustedes han visto que he hablado desde el
cielo con ustedes. 23 No hagan ídolos de oro o plata para adorarlos como a
mí. 24 Háganme un altar de tierra, y ofrézcanme en él los
animales de sus rebaños y ganados como holocaustos y sacrificios de
reconciliación. Yo vendré y los bendeciré en cada lugar en el que yo quiera que
se recuerde mi nombre. 25 Y si me hacen un altar de piedras, que no sea de piedras
labradas, porque al labrar la piedra con herramientas se la hace indigna de un
altar. 26 Y mi altar no debe tener escalones, para que al subir
ustedes no muestren la parte desnuda del cuerpo.”
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ESTE BLOG ES UN BLOG CRISTIANO DONDE SE VA A EXPONER LA PALABRA DE DIOS. BENDICIONES PASTORA LUCY
agosto 31, 2012
EXODO 20
agosto 30, 2012
EXODO 19
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agosto 29, 2012
EXODO 18
Éxodo 18
Dios Habla Hoy (DHH)
Jetró visita a Moisés
18 Jetró, el sacerdote de
Madián y suegro de Moisés, supo todo lo que Dios había hecho por Moisés y por su
pueblo Israel, y supo también que el Señor los había sacado de Egipto.
2 Moisés
había despedido a su esposa Séfora, y Jetró la había recibido a ella
3 y a sus
dos hijos. Uno de éstos se llamaba Guersón, porque Moisés había dicho: «He sido
un extranjero en tierra extraña», 4 y el otro se llamaba Eliézer,
porque había dicho: «El Dios de mi padre vino en mi ayuda, y me salvó de la
espada del faraón.»
5 Moisés había acampado en el desierto, junto al monte de
Dios, y allá fue Jetró, acompañado por la esposa y los hijos de Moisés.
6 Y le
dijo a Moisés:
—Yo, tu suegro Jetró, he venido a
verte, junto con tu esposa y sus dos hijos.
7 Moisés salió a recibir a su suegro. Se inclinó delante de
él y lo besó; y después de saludarse entraron en la tienda de campaña.
8 Allí
Moisés le contó a su suegro todo lo que el Señor les había hecho al faraón y a
los egipcios en favor de Israel, todas las dificultades que habían tenido en el
camino, y la forma en que el Señor los había salvado.
9 Jetró se alegró por la mucha bondad que Dios había
mostrado a los israelitas al salvarlos del poder de los egipcios, 10 y
dijo:
—Bendito sea el Señor, que los ha
librado a ustedes, pueblo de Israel, del poder del faraón y de los egipcios; que
los ha librado del poder opresor 11 y de la insolencia con que
ellos los trataron. Ahora estoy convencido de que el Señor es más grande que
todos los dioses.
12 Jetró tomó un animal para quemarlo en honor de Dios, y
también otras ofrendas. Luego Aarón y todos los ancianos de Israel fueron a
comer con el suegro de Moisés, en presencia de Dios.
Moisés nombra otros jueces A)'>
13 Al día
siguiente Moisés se sentó para resolver los pleitos de los israelitas, los
cuales acudían a él desde la mañana hasta la tarde. 14 Al ver el trabajo que
Moisés se tomaba, su suegro le dijo:
—¿Por qué te tomas todo ese trabajo?
La gente acude a ti desde la mañana hasta la tarde. ¿Por qué te dedicas a
atenderlos tú solo?
15 Y Moisés le contestó:
—Es que el pueblo viene a verme para
consultar a Dios. 16 Cuando tienen dificultades entre ellos, vienen a verme
para que yo decida quién es el que tiene la razón; entonces yo les hago saber
las leyes y enseñanzas de Dios.
17 Pero su suegro Jetró le advirtió:
—No está bien lo que haces,
18 pues
te cansas tú y se cansa la gente que está contigo. La tarea sobrepasa tus
fuerzas, y tú solo no vas a poder realizarla. 19 Escucha bien el consejo que
te voy a dar, y que Dios te ayude. Tú debes presentarte ante Dios en lugar del
pueblo, y presentarle esos problemas. 20 A ellos, instrúyelos en las
leyes y enseñanzas, y hazles saber cómo deben vivir y qué deben hacer.
21 Por lo
que a ti toca, escoge entre el pueblo hombres capaces, que tengan temor de Dios
y que sean sinceros, hombres que no busquen ganancias mal habidas, y a unos
dales autoridad sobre grupos de mil personas, a otros sobre grupos de cien, a
otros sobre grupos de cincuenta y a otros sobre grupos de diez. 22 Ellos
dictarán sentencia entre el pueblo en todo momento; los problemas grandes te los
traerán a ti, y los problemas pequeños los atenderán ellos. Así te quitarás ese
peso de encima, y ellos te ayudarán a llevarlo. 23 Si pones esto en práctica,
y si Dios así te lo ordena, podrás resistir; la gente, por su parte, se irá
feliz a su casa.
24 Moisés le hizo caso a su suegro y puso en práctica todo
lo que le había dicho: 25 escogió a los hombres más capaces de Israel, y les dio
autoridad sobre grupos de mil personas, de cien, de cincuenta y de diez.
26 Ellos
dictaban sentencia entre el pueblo en todo momento; los problemas difíciles se
los llevaban a Moisés, pero todos los problemas de menor importancia los
resolvían ellos mismos. 27 Después Moisés y su suegro se despidieron, y su suegro
regresó a su país.
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agosto 28, 2012
EXODO 17
Éxodo 17
Dios Habla Hoy (DHH)
Agua de la roca A)'>
17 Toda la comunidad israelita salió del desierto de Sin, siguiendo su camino poco a poco, de acuerdo con las órdenes del Señor. Después acamparon en Refidim, pero no había agua para que el pueblo bebiera, 2 así que le reclamaron a Moisés, diciéndole:
—¡Danos agua para beber!
—¿Por qué me hacen reclamaciones a mí? ¿Por qué ponen a prueba a Dios? —contestó Moisés.
3 Pero el pueblo tenía sed, y hablaron en contra de Moisés. Decían:
—¿Para qué nos hiciste salir de Egipto? ¿Para matarnos de sed, junto con nuestros hijos y nuestros animales?
4 Moisés clamó entonces al Señor, y le dijo:
—¿Qué voy a hacer con esta gente? ¡Un poco más y me matan a pedradas!
5 Y el Señor le contestó:
—Pasa delante del pueblo, y hazte acompañar de algunos ancianos de Israel. Llévate también el bastón con que golpeaste el río, y ponte en marcha. 6 Yo estaré esperándote allá en el monte Horeb, sobre la roca. Cuando golpees la roca, saldrá agua de ella para que beba la gente.
Moisés lo hizo así, a la vista de los ancianos de Israel, 7 y llamó a aquel lugar Meribá porque los israelitas le habían hecho reclamaciones, y también lo llamó Masá porque habían puesto a prueba a Dios, al decir: «¿Está o no está el Señor con nosotros?»
Guerra contra los amalecitas
8 Los amalecitas se dirigieron a Refidim para pelear contra los israelitas. 9 Entonces Moisés le dijo a Josué:
—Escoge algunos hombres y sal a pelear contra los amalecitas. Yo estaré mañana en lo alto del monte, con el bastón de Dios en la mano.
10 Josué hizo lo que Moisés le ordenó, y salió a pelear contra los amalecitas. Mientras tanto, Moisés, Aarón y Hur subieron a lo alto del monte. 11 Cuando Moisés levantaba su brazo, los israelitas dominaban en la batalla; pero cuando lo bajaba, dominaban los amalecitas. 12 Pero como a Moisés se le cansaban los brazos, tomaron una piedra y se la pusieron debajo, para que se sentara en ella. Luego Aarón y Hur le sostuvieron los brazos, uno de un lado y el otro del otro. De esta manera los brazos de Moisés se mantuvieron firmes hasta que el sol se puso, 13 y Josué derrotó al ejército amalecita a filo de espada.
14 Entonces el Señor le dijo a Moisés:
—Escribe esto en un libro, para que sea recordado; y dile a Josué que voy a borrar por completo el recuerdo de los amalecitas.
15 Moisés hizo un altar, al que puso por nombre «El Señor es mi bandera», 16 y dijo:
«¡La bandera del Señor en la mano!
¡El Señor está en guerra con Amalec
de una generación a otra!»
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agosto 27, 2012
EXODO 16
Éxodo 16
Dios Habla Hoy (DHH)
Dios da el maná
16 Toda la comunidad israelita salió de Elim y llegó al
desierto de Sin, que está entre Elim y Sinaí. Era el día quince del mes segundo
después de su salida de Egipto. 2 Allí, en el desierto, todos
ellos comenzaron a murmurar contra Moisés y Aarón. 3 Y les decían:
—¡Ojalá el Señor nos hubiera hecho morir en Egipto! Allá
nos sentábamos junto a las ollas de carne y comíamos hasta llenarnos, pero
ustedes nos han traído al desierto para matarnos de hambre a todos.
4 Entonces el Señor le dijo a
Moisés:
—Voy a hacer que les llueva comida del cielo. La gente
deberá salir cada día, y recogerá sólo lo necesario para ese día. Quiero ver
quién obedece mis instrucciones y quién no. 5 El sexto día, cuando preparen
lo que van a llevar a casa, deberán recoger el doble de lo que recogen cada
día.
6 Moisés y Aarón dijeron
entonces a los israelitas:
—Por la tarde sabrán ustedes que el Señor fue quien los
sacó de Egipto, 7 y por la mañana verán la gloria del Señor; pues ha oído
que ustedes murmuraron contra él. Porque, ¿quiénes somos nosotros para que
ustedes nos critiquen?
8 Y Moisés añadió:
—Por la tarde el Señor les va a dar carne para comer, y
por la mañana les va a dar pan en abundancia, pues ha oído que ustedes
murmuraron contra él. Porque, ¿quiénes somos nosotros? Ustedes no han murmurado
contra nosotros, sino contra el Señor.
9 Luego Moisés le dijo a
Aarón:
—Di a todos los israelitas que se acerquen a la presencia
del Señor, pues él ha escuchado sus murmuraciones.
10 En el momento en que Aarón
estaba hablando con los israelitas, todos ellos miraron hacia el desierto, y la
gloria del Señor se apareció en una nube. 11 Y el Señor se dirigió a
Moisés y le dijo:
12 —He oído murmurar a los
israelitas. Habla con ellos y diles: “Al atardecer, ustedes comerán carne, y por
la mañana comerán pan hasta quedar satisfechos. Así sabrán que yo soy el Señor
su Dios.”
13 Aquella misma tarde
vinieron codornices, las cuales llenaron el campamento, y por la mañana había
una capa de rocío alrededor del campamento. 14 Después que el rocío se
hubo evaporado, algo muy fino, parecido a la escarcha, quedó sobre la superficie
del desierto. 15 Como los israelitas no sabían lo que era, al verlo se
decían unos a otros: «¿Y esto qué es?» Y Moisés les dijo:
—Éste es el pan que el Señor les da como
alimento. 16 Y ésta es la orden que ha dado el Señor: Recoja cada uno
de ustedes lo que necesite para comer y, según el número de personas que haya en
su casa, tome más o menos dos litros por persona.
17 Los israelitas lo hicieron
así. Unos recogieron más, otros menos, 18 según la medida acordada; y
ni le sobró al que había recogido mucho, ni le faltó al que había recogido poco.
Cada uno había recogido la cantidad que necesitaba para comer.
19 Luego Moisés les
dijo:
—Nadie debe dejar nada para el día siguiente.
20 Sin embargo, algunos de
ellos no hicieron caso a Moisés y dejaron algo para el otro día; pero lo que
guardaron se llenó de gusanos y apestaba. Entonces Moisés se enojó con
ellos.
21 Cada uno recogía por las
mañanas lo que necesitaba para comer, pues el calor del sol lo derretía.
22 Pero
el sexto día recogieron doble porción de comida, es decir, unos cuatro litros
por persona; entonces los jefes de la comunidad fueron a contárselo a
Moisés, 23 y Moisés les dijo:
—Eso es lo que el Señor ha ordenado. Mañana es sábado,
un reposo consagrado al Señor. Cocinen hoy lo que tengan que cocinar y hiervan
lo que tengan que hervir, y guarden para mañana todo lo que les
sobre.
24 De acuerdo con la orden de
Moisés, ellos guardaron para el día siguiente lo que les había sobrado, y no
apestaba ni se llenó de gusanos. 25 Entonces Moisés
dijo:
—Cómanlo hoy, que es el sábado consagrado al Señor, pues
en este día no encontrarán ustedes nada en el campo. 26 Podrán recogerlo durante
seis días, pero el séptimo día, que es sábado, no habrá nada.
27 Algunos de ellos salieron
el séptimo día a recoger algo, pero no encontraron nada. 28 Entonces el
Señor le dijo a Moisés:
—¿Hasta cuándo van ustedes a seguir desobedeciendo mis
mandamientos y mis enseñanzas? 29 Tomen en cuenta que yo, el
Señor, les he dado un día de reposo; por eso el sexto día les doy comida para
dos días. Así que el séptimo día cada uno debe quedarse en su casa y no salir de
ella.
30 Entonces la gente reposó el
día séptimo.
31 Los israelitas llamaron
maná a lo que recogían. Era blanco, como semilla de cilantro, y dulce como
hojuelas con miel.
32 Después Moisés
dijo:
—Ésta es la orden que ha dado el Señor: “Llenen de maná
una medida de dos litros, y guárdenla para sus descendientes, para que vean la
comida que yo les di a ustedes en el desierto, cuando los saqué de
Egipto.”
33 A Aarón le dijo:
—Toma una canasta, y pon en ella unos dos litros de
maná. Ponla después en la presencia del Señor, y que se guarde para los
descendientes de ustedes.
34 De acuerdo con la orden que
el Señor le dio a Moisés, Aarón puso la canasta ante el arca de la alianza, para
que fuera guardada.
35 Los israelitas comieron
maná durante cuarenta años, hasta que llegaron a tierras habitadas; es decir, lo
comieron hasta que llegaron a las fronteras de la tierra de Canaán.
36 (El gomer era la
décima parte de un efa.)
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agosto 26, 2012
EXODO 15
Éxodo 15
Dios Habla Hoy (DHH)
El canto de Moisés
15 Entonces Moisés y los israelitas entonaron este canto en honor del Señor:
«Cantaré en honor del Señor,
que tuvo un triunfo maravilloso
al hundir en el mar caballos y jinetes.
2 Mi canto es al Señor,
quien es mi fuerza y salvación.
Él es mi Dios, y he de alabarlo;
es el Dios de mi padre, y he de enaltecerlo.
3 El Señor es un gran guerrero.
El Señor, ¡ése es su nombre!
4 El Señor hundió en el mar
los carros y el ejército del faraón;
¡sus mejores oficiales
se ahogaron en el Mar Rojo!
5 Cayeron hasta el fondo, como piedras,
y el mar profundo los cubrió.
6 Oh, Señor, fue tu mano derecha,
fuerte y poderosa,
la que destrozó al enemigo.
7 Con tu gran poder aplastaste
a los que se enfrentaron contigo;
se encendió tu enojo,
y ellos ardieron como paja.
8 Soplaste con furia, y el agua se amontonó;
las olas se levantaron como un muro;
¡el centro del mar profundo se quedó inmóvil!
9 El enemigo había pensado:
“Los voy a perseguir hasta alcanzarlos,
y voy a repartir lo que les quite
hasta quedar satisfecho.
Sacaré la espada,
y mi brazo los destruirá.”
10 Pero soplaste, y el mar se los tragó;
se hundieron como plomo en el agua tempestuosa.
11 Oh, Señor,
¡ningún dios puede compararse a ti!
¡Nadie es santo ni grande como tú!
¡Haces cosas maravillosas y terribles!
¡Eres digno de alabanza!
12 ¡Desplegaste tu poder
y se los tragó la tierra!
13 Con tu amor vas dirigiendo
a este pueblo que salvaste;
con tu poder lo llevas a tu santa casa.
14 Las naciones temblarán cuando lo sepan,
los filisteos se retorcerán de dolor,
15 los capitanes de Edom se quedarán sin aliento,
los jefes de Moab temblarán de miedo,
y perderán el valor todos los cananeos.
16 Oh, Señor,
¡que se asusten!, ¡que tengan miedo!,
¡que se queden como piedras
por la fuerza de tu brazo,
hasta que haya pasado tu pueblo,
el pueblo que has hecho tuyo!
17 Oh, Señor,
llévanos a vivir a tu santo monte,
al lugar que escogiste para vivir,
al santuario que afirmaste con tus manos.
18 ¡El Señor reina por toda la eternidad!»
El canto de María
19 Cuando los carros y la caballería del faraón entraron en el mar, el Señor hizo que el agua del mar les cayera encima; pero los israelitas cruzaron el mar como por tierra seca. 20 Entonces la profetisa María, hermana de Aarón, tomó una pandereta, y todas las mujeres la siguieron, bailando y tocando panderetas, 21 mientras ella les cantaba:
«Canten en honor al Señor,
que tuvo un triunfo maravilloso
al hundir en el mar caballos y jinetes.»
El agua amarga
22 Moisés hizo que los israelitas se alejaran del Mar Rojo. Entonces ellos se fueron al desierto de Sur, y durante tres días caminaron por él, sin encontrar agua. 23 Cuando llegaron a Mará, no pudieron beber el agua que allí había, porque era amarga. Por eso llamaron Mará a ese lugar.
24 La gente empezó a hablar mal de Moisés, y preguntaban: «¿Qué vamos a beber?» 25 Entonces Moisés pidió ayuda al Señor, y él le mostró un arbusto. Moisés echó el arbusto al agua, y el agua se volvió dulce.
Allí el Señor los puso a prueba, y les dio una ley y una norma de conducta. 26 Les dijo: «Si ponen ustedes toda su atención en lo que yo, el Señor su Dios, les digo, y si hacen lo que a mí me agrada, obedeciendo mis mandamientos y cumpliendo mis leyes, no les enviaré ninguna de las plagas que envié sobre los egipcios, pues yo soy el Señor, el que los sana a ustedes.»
27 Después llegaron a Elim, donde había doce manantiales de agua y setenta palmeras, y allí acamparon junto al agua.
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agosto 25, 2012
EXODO 15
EXODO
15
15 Entonces Moisés y los hijos de Israel
cantaron este cántico a Jehovah, diciendo:
"¡Cantaré
a Jehovah,
pues se
ha enaltecido grandemente!
¡Ha
arrojado al mar caballos y jinetes!
2
Jehovah es mi fortaleza y mi canción;
él ha
sido mi salvación.
¡Este es
mi Dios! Yo le alabaré.
¡El Dios
de mi padre! A él ensalzaré.
3 "Jehovah es un guerrero.
¡Jehovah
es su nombre!
4
Ha echado al mar los carros
y el
ejército del faraón.
Fueron
hundidos en el mar Rojo
sus
mejores oficiales.
5
Las aguas profundas los cubrieron;
descendieron como piedra a las profundidades.
6 "Tu diestra, oh Jehovah,
ha sido
majestuosa en poder;
tu
diestra, oh Jehovah,
ha
quebrantado al enemigo.
7
Con la grandeza de tu poder has destruido a los que se opusieron a ti;
desataste
tu furor,
y los
consumió como a hojarasca.
8
Por el soplo de tu aliento
se
amontonaron las aguas;
las olas
se acumularon como un dique;
las aguas
profundas se congelaron en medio del mar.
9
Dijo el enemigo: ’Perseguiré,
tomaré
prisioneros y repartiré el botín;
mi alma
se saciará de ellos;
desenvainaré mi espada,
y mi mano
los desalojará.’
10
Pero tú soplaste con tu aliento,
y el mar
los cubrió.
Se
hundieron como plomo
en las
impetuosas aguas.
11 "¿Quién como tú, oh Jehovah, entre los dioses?
¿Quién
como tú,
majestuoso en santidad,
temible
en hazañas dignas de alabanza,
hacedor
de maravillas?
12
Extendiste tu diestra,
y la
tierra los tragó.
13
En tu misericordia guías a este pueblo que has redimido,
y lo
llevas con tu poder a tu santa morada.
14 "Los pueblos lo oyen y tiemblan;
la
angustia se apodera de los filisteos.
15
Entonces los jefes de Edom se aterran;
los
poderosos de Moab son presas del pánico;
se abaten
todos los habitantes de Canaán.
16
Sobre ellos caen terror y espanto;
ante la
grandeza de tu brazo
enmudecen
como la piedra,
hasta que
haya pasado tu pueblo, oh Jehovah;
hasta que
haya pasado este pueblo
que tú
has adquirido.
17
Tú los introducirás y los plantarás
en el
monte de tu heredad,
en el
lugar que has preparado
como tu
habitación, oh Jehovah,
en el
santuario que establecieron tus manos, oh Señor.
18
Jehovah reinará por siempre jamás."
19
Cuando la caballería del faraón entró en el mar con sus carros y jinetes,
Jehovah volvió a traer las aguas del mar sobre ellos, mientras que los hijos de
Israel caminaron en seco en medio del mar. 20 Entonces María la
profetisa, hermana de Aarón, tomó un pandero en su mano, y todas las mujeres
salieron en pos de ella con panderos y danzas. 21 Y María les dirigía
diciendo:
"¡Cantad
a Jehovah,
pues se
ha enaltecido grandemente!
¡Ha
arrojado al mar caballos y jinetes!"
Las aguas
de Mara son hechas dulces
22 Moisés hizo que Israel partiese del mar Rojo, y ellos se dirigieron al desierto de Shur. Caminaron tres días por el desierto, sin hallar agua, 23 y llegaron a Mara. Pero no pudieron beber las aguas de Mara, porque eran amargas. Por eso pusieron al lugar el nombre de Mara. 24 Entonces el pueblo murmuró contra Moisés diciendo:
-¿Qué
hemos de beber?
25
Moisés clamó a Jehovah, y Jehovah le mostró un árbol. Cuando él arrojó el
árbol dentro de las aguas, las aguas se volvieron dulces. Allí dio al pueblo
leyes y decretos. Allí lo probó 26 diciéndole:
-Si
escuchas atentamente la voz de Jehovah tu Dios y haces lo recto ante sus ojos;
si prestas atención a sus mandamientos y guardas todas sus leyes, ninguna
enfermedad de las que envié a Egipto te enviaré a ti, porque yo soy Jehovah tu
sanador.
Jehovah
envía codornices y maná
27 Llegaron a Elim, donde había doce manantiales de agua y setenta palmeras, y acamparon allí junto a las aguas.
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agosto 24, 2012
EXODO 14
Éxodo 14
Dios Habla Hoy (DHH)
Los israelitas cruzan el Mar Rojo
14 El Señor se dirigió a Moisés y le
dijo:
2 «Di a los israelitas que
regresen y acampen frente a Pi-hahirot, entre Migdol y el mar, frente a
Baal-sefón. Que pongan sus campamentos enfrente de este lugar, junto al
mar. 3 Así el faraón pensará: “Los israelitas no saben a dónde
ir. Andan perdidos en el desierto.” 4 Pero yo voy a hacer que el
faraón se ponga terco y los persiga; entonces mostraré mi poder en él y en todo
su ejército, y los egipcios sabrán que yo soy el Señor.»
Los israelitas
lo hicieron así. 5 Mientras tanto, el rey de Egipto recibió aviso de que los
israelitas se habían escapado. Entonces el rey y sus funcionarios cambiaron de
parecer en cuanto a ellos, y se dijeron: «¿Pero cómo pudimos permitir que los
israelitas se fueran y dejaran de trabajar para
nosotros?»
6 En seguida el faraón ordenó
que prepararan su carro de combate, y se llevó a su ejército. 7 Tomó
seiscientos de los mejores carros, además de todos los carros de Egipto, que
llevaban cada uno un oficial. 8 El Señor hizo que el faraón
se pusiera terco y persiguiera a los israelitas, aun cuando ellos habían salido
ya con gran poder.
9 Los egipcios con todo su
ejército, con carros y caballería, salieron a perseguir a los israelitas, y los
alcanzaron a la orilla del mar, junto a Pi-hahirot y frente a Baal-sefón, donde
estaban acampados. 10 Cuando los israelitas se dieron cuenta de que el faraón
y los egipcios se acercaban, tuvieron mucho miedo y pidieron ayuda al
Señor. 11 Y a Moisés le dijeron:
—¿Acaso no
había sepulcros en Egipto, que nos sacaste de allá para hacernos morir en el
desierto? ¿Por qué nos has hecho esto? ¿Por qué nos sacaste de Egipto?
12 Esto
es precisamente lo que te decíamos en Egipto: “Déjanos trabajar para los
egipcios. ¡Más nos vale ser esclavos de ellos que morir en el
desierto!”
13 Pero Moisés les
contestó:
—No tengan
miedo. Manténganse firmes y fíjense en lo que el Señor va a hacer hoy para
salvarlos, porque nunca más volverán a ver a los egipcios que hoy ven.
14 Ustedes no se preocupen, que el Señor va a pelear por
ustedes.
15 Entonces el Señor le dijo a
Moisés:
—¿Por qué me
pides ayuda? ¡Ordena a los israelitas que sigan adelante! 16 Y tú,
levanta tu bastón, extiende tu brazo y parte el mar en dos, para que los
israelitas lo crucen en seco. 17 Yo voy a hacer que los
egipcios se pongan tercos y los persigan; entonces mostraré mi poder en el
faraón y en todo su ejército, y en sus carros y caballería. 18 Cuando haya
mostrado mi poder en el faraón, y en sus carros y caballería, los egipcios
sabrán que yo soy el Señor.
19 En ese momento el ángel de
Dios y la columna de nube, que marchaban al frente de los israelitas, cambiaron
de lugar y se pusieron detrás de ellos. 20 Así la columna de nube
quedó entre el ejército egipcio y los israelitas; para los egipcios era una nube
oscura, pero a los israelitas los alumbraba. Por eso los egipcios no pudieron
alcanzar a los israelitas en toda la noche.
21 Moisés extendió su brazo
sobre el mar, y el Señor envió un fuerte viento del este que sopló durante toda
la noche y partió el mar en dos. Así el Señor convirtió el mar en tierra
seca, 22 y por tierra seca lo cruzaron los israelitas, entre dos
murallas de agua, una a la derecha y otra a la izquierda.
23 Toda la caballería y los
carros del faraón entraron detrás de ellos, y los persiguieron hasta la mitad
del mar; 24 pero a la madrugada el Señor miró de tal manera al
ejército de los egipcios, desde la columna de fuego y de nube, que provocó un
gran desorden entre ellos; 25 descompuso además las
ruedas de sus carros, de modo que apenas podían avanzar. Entonces los egipcios
dijeron:
—Huyamos de
los israelitas, pues el Señor pelea a favor de ellos y contra
nosotros.
26 Pero el Señor le dijo a
Moisés:
—Extiende tu
brazo sobre el mar, para que el agua regrese y caiga sobre los egipcios, y sobre
sus carros y caballería.
27 Moisés extendió su brazo
sobre el mar y, al amanecer, el agua volvió a su cauce normal. Cuando los
egipcios trataron de huir, se toparon con el mar, y así el Señor los hundió en
él. 28 Al volver el agua a su cauce normal, cubrió los carros y
la caballería, y todo el ejército que había entrado en el mar para perseguir a
los israelitas. Ni un solo soldado del faraón quedó vivo. 29 Sin embargo,
los israelitas cruzaron el mar por tierra seca, entre dos murallas de agua, una
a la derecha y otra a la izquierda.
30 En aquel día el Señor salvó
a los israelitas del poder de los egipcios, y los israelitas vieron los
cadáveres de los egipcios a la orilla del mar. 31 Al ver los israelitas el
gran poder que el Señor había desplegado contra Egipto, mostraron reverencia
ante el Señor y tuvieron confianza en él y en su siervo
Moisés.
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agosto 23, 2012
EXODO 13
Éxodo 13
Dios Habla Hoy
(DHH)
13 El Señor se
dirigió a Moisés y le dijo:
2 «Conságrame los hijos mayores,
porque todo primer hijo de los israelitas me pertenece, lo mismo que toda
primera cría de sus animales.»3 Entonces Moisés le dijo al pueblo: «Acuérdense de este día, en que con gran poder el Señor los sacó de Egipto, donde vivían como esclavos. No deberán comer pan con levadura. 4 Ustedes salen este día, en el mes de Abib, 5 y en este mismo mes deberán celebrar la fiesta, una vez que el Señor los haya llevado a la tierra donde la leche y la miel corren como el agua, es decir, al país de los cananeos, hititas, amorreos, heveos y jebuseos, que ya había prometido a sus antepasados que se lo daría a ustedes. 6 Comerán pan sin levadura durante siete días, y en el séptimo día harán fiesta en honor del Señor. 7 Durante los siete días se comerá pan sin levadura, y en ninguna parte de su territorio deberá haber levadura o pan con levadura. 8 En ese día les dirán a sus hijos: “Esto se hace por lo que el Señor hizo con nosotros cuando salimos de Egipto. 9 Y, como si tuvieran ustedes una marca en el brazo o en la frente, esto les hará recordar que siempre deben hablar de la ley del Señor, pues él los sacó de Egipto con gran poder. 10 Por eso deben celebrar esta ceremonia año tras año, en la fecha señalada.” 11 »Cuando el Señor los haya llevado al país de los cananeos, es decir, cuando les entregue el país, según la promesa que les hizo a ustedes y a sus antepasados, 12 tendrán que dedicarle todos sus primeros hijos varones y todos los primeros machos que les nazcan a sus animales, porque pertenecen al Señor. 13 En el caso de la primera cría de una asna, deberán dar un cordero o un cabrito como rescate por el asno, pero si no dan el cordero, entonces le romperán el cuello al asno. También deberán dar una ofrenda como rescate por cada hijo mayor, 14 y cuando el día de mañana sus hijos les pregunten: “¿Qué quiere decir esto?”, les responderán: “El Señor nos sacó con gran poder de Egipto, donde vivíamos como esclavos. 15 Cuando el faraón se puso terco en no dejarnos salir, el Señor hirió de muerte al hijo mayor de cada familia egipcia y a todas las primeras crías de sus animales; por eso le ofrecemos al Señor todos los machos que nacen primero, y damos una ofrenda como rescate por nuestro hijo mayor. 16 Por lo tanto, como si tuvieran una marca en el brazo o en la frente, esta ceremonia les hará recordar a ustedes que el Señor nos sacó de Egipto con gran poder.”» La columna de nube y de fuego17 Cuando el faraón dejó salir al pueblo israelita, Dios no los llevó por el camino que va al país de los filisteos, que era el más directo, pues pensó que los israelitas no querrían pelear cuando tuvieran que hacerlo, y que preferirían regresar a Egipto. 18 Por eso les hizo dar un rodeo por el camino del desierto que lleva al Mar Rojo.Los israelitas salieron de Egipto formados como un ejército. 19 Moisés se llevó consigo los restos de José, pues José había hecho que los hijos de Israel le prometieran hacerlo así. Les había dicho: «En verdad, Dios vendrá a ayudarlos; y cuando eso suceda, ustedes deben llevarse mis restos de aquí.» 20 Los israelitas salieron de Sucot y acamparon en Etam, donde comienza el desierto. 21 De día, el Señor los acompañaba en una columna de nube, para señalarles el camino; y de noche, en una columna de fuego, para alumbrarlos. Así pudieron viajar día y noche. 22 La columna de nube siempre iba delante de ellos durante el día, y la columna de fuego durante la noche.
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agosto 22, 2012
EXODO 12
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