DIOS CUMPLE SU PALABRA

DIOS CUMPLE SU PALABRA

FEBRERO

DIA 17

Lectura: Números 22-24

En Números 22, Balac, rey de Moab, pidió a Balaam que maldijera a Israel; pero el Señor le dijo: "No vayas con ellos ni maldigas al pueblo, porque bendito es". Dios pone resistencia al terco Balaam, “La ira de Dios se encendió porque él iba”, a un lugar equivocado, y por eso se aparece un ángel y una asna torpe que razona y amonesta a Balaam, por ser ciego; le permite ir para bendecir a Israel y no obedecer a Balac.

Balaam no pudo mantenerse firme en sus convicciones, y en vez de pedir a Balac que se retire; espero que Dios le hablará otra vez. El Señor le dijo: "Levántate y vete con ellos; pero harás lo que yo te diga" Se ve la soberanía de Dios, quién usa al ángel, una asna y Balaam para que bendiga a Israel a pesar de las actitudes malvadas de Balac.

"Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta. ¿Acaso dice y no hace? ¿Acaso promete y no cumple? He recibido orden de bendecir; él dio una bendición, y no podré revocarla" (Números 23: 19-20)

El texto señala una verdad absoluta, "Dios no es hombre" es espíritu. A más El no engaña, no es voluble, es inmutable. Él promete y lo cumple. El rey de Moab Balac, quiso que Balaam, el adivino de Petor, diga profecías en contra de Israel; pero Dios no permitió esto, sino que pronunciará profecías a favor de su pueblo.

Balaam no puede maldecir, esto comporta una clara confesión: 1) De la debilidad e impotencia de sus poderes mágicos. 2) De la soberanía y dominio del Dios Omnipotente. 3) Seguridad de Israel, dice Matthew.

Dios es soberano, protector y defensor de Israel, no permitió que la maldición cayera en contra de Israel; a pesar que Balaam no debió ir con Balac, al final de cuentas, el Señor manejó el hilo de la historia y preservó a su pueblo, con la bendición del profeta. Balac rey de Moab, deseo maldición contra Israel, y su pueblo mismo recibió el mal deseado. Dios cumple su palabra, al cumplir su promesa de Génesis 12:3.

MEDITE:

¿Cómo ha cumplido Dios su Palabra, en mi vida?