Levítico 6
Dios Habla Hoy (DHH)
Los
sacrificios por causa de fraudes
6 (5.20) El Señor se dirigió a
Moisés y le dijo:
2 (5.21) «Cuando alguien peque y
resulte culpable de fraude ante el Señor por haber engañado a su prójimo en algo
que éste le había confiado o prestado, o por robarle o quitarle algo a la
fuerza, 3
(5.22) o por negar haber encontrado un objeto
perdido, o por hacer un juramento falso (cualquiera de esas cosas en que uno
comete pecado), 4 (5.23) será culpable de ese
pecado. Por lo tanto, tendrá que devolver lo que haya robado o conseguido a la
fuerza, o aquello que se le había confiado, o el objeto encontrado, 5 (5.24) o cualquiera otra cosa por la que haya jurado
falsamente. Tendrá que devolverlo todo a su dueño, más una quinta parte, cuando
presente su sacrificio por la culpa. 6 (5.25)
Su sacrificio al Señor será un carnero sin ningún defecto, cuyo valor tú
deberás calcular, y el cual deberá él tomar del rebaño y llevárselo al sacerdote
como sacrificio por la culpa. 7 (5.26)
Entonces el sacerdote obtendrá del Señor el perdón de cualquiera de
aquellas cosas en que esa persona haya pecado, y el pecado se le
perdonará.»
Instrucciones sobre los holocaustos
8
(1) El Señor se dirigió a Moisés y le
dijo:
9 (2) «Dales a Aarón y a sus
hijos las siguientes instrucciones en cuanto a los holocaustos: El animal
sacrificado deberá dejarse sobre las brasas del altar durante toda la noche,
para que el fuego lo queme. 10 (3)
El sacerdote se cubrirá el cuerpo poniéndose ropa y calzoncillos de lino;
luego recogerá las cenizas del animal que fue quemado sobre el altar, y las
pondrá a un lado del altar. 11 (4)
Después se cambiará de ropa y se llevará las cenizas a un lugar limpio
fuera del campamento.
12 (5) »El fuego que arde en el
altar no debe apagarse nunca. El sacerdote deberá echarle leña todas las mañanas
y acomodar sobre el fuego el animal que se va a quemar, además de quemar también
en el altar la grasa de los sacrificios de reconciliación. 13 (6) El fuego del altar debe estar encendido siempre. No
debe apagarse nunca.
Instrucciones sobre las ofrendas de cereales
14
(7) »Las siguientes instrucciones se refieren a
las ofrendas de cereales: Los sacerdotes deben ofrecerlas ante el altar, delante
del Señor. 15 (8) Uno de ellos tomará un
puñado de la harina ofrendada y de su aceite, junto con todo el incienso que va
con la ofrenda, y los hará arder en el altar como ofrenda quemada de
recordación, de aroma agradable al Señor. 16 (9)
Y la parte restante de la ofrenda se la comerán Aarón y sus hijos, sin
levadura y en un lugar consagrado, en el patio de la tienda del
encuentro. 17 (10) No deben cocerla con
levadura. Se la he dado a ellos como la parte que les corresponde de mis
ofrendas quemadas, y es una cosa santísima, como lo son los sacrificios por el
pecado y por la culpa. 18 (11) Para siempre en el
futuro, todos los varones descendientes de Aarón podrán comer la parte que les
corresponde de las ofrendas quemadas al Señor. Cualquier cosa que toque estas
ofrendas quedará consagrada.»
La ofrenda
de los sacerdotes
19
(12) El Señor se dirigió a Moisés y le
dijo:
20 (13) «Ésta es la ofrenda que
Aarón y sus descendientes deben presentar al Señor cuando sean consagrados como
sacerdotes: dos kilos de la mejor harina como ofrenda de cereales, presentando
la mitad por la mañana y la otra mitad al atardecer, sin faltar un solo
día. 21
(14) Deben preparar la ofrenda en una sartén,
bien mezclada con aceite, y luego presentarla partida en pedazos como ofrenda de
aroma agradable al Señor. 22 (15) Así debe prepararla el
sacerdote principal descendiente de Aarón que sea consagrado en su lugar; le
corresponde siempre al Señor, y deberá ser quemada completamente. 23 (16) Todas las ofrendas de los sacerdotes habrán de ser
quemadas completamente; nadie deberá comerlas.»
Instrucciones sobre los sacrificios por el pecado
24
(17) El Señor se dirigió a Moisés y le
dijo:
25 (18) «Dales a Aarón y a sus
hijos las siguientes instrucciones en cuanto a los sacrificios por el pecado: El
animal que se ofrezca por el pecado deberá ser degollado ante el Señor, en el
lugar donde se matan los animales que se van a quemar, pues es una cosa
santísima. 26 (19) El sacerdote que ofrezca
el sacrificio por el pecado, podrá comer de él, pero deberá comerlo en un lugar
santo, en el patio de la tienda del encuentro. 27 (20)
Cualquier cosa que toque la carne del animal quedará consagrada, y si la
ropa queda salpicada de sangre, deberá ser lavada en un lugar santo.
28 (21) La olla de barro en que se hirvió la carne de la
ofrenda, deberá romperse; pero si se hirvió en un recipiente de bronce, bastará
con fregarlo y enjuagarlo.
29 (22) »Este sacrificio es una
cosa santísima. Sólo podrán comer de él los sacerdotes. 30 (23) Pero no se podrá comer ningún animal ofrecido por el
pecado cuya sangre haya sido llevada a la tienda del encuentro, para perdón de
pecados en el santuario. Ese sacrificio deberá ser quemado en el
fuego.
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