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FILOSOFÍA DIVINA PARA
VIVIR CON ÉXITO
Lea: Eclesiastés
9-12
JUNIO
DIA 29
A la luz de
Eclesiastés 9, “Algunos han aducido el dogma el sueño del alma de los muertos
hasta la resurrección. El autor de Eclesiastés toma un punto de vista humano. La
doctrina del sueño del alma no es bíblica. Lo importante es comprender que la
Biblia es un libro de revelación progresiva. El AT no tiene completamente
desarrollada de la doctrina del estado intermedio después de la muerte. El AT se
interpreta y se aplica a la luz del Nuevo”. (Biblia Caribe 1980)
Entonces, ¿Qué le sucede a una
persona, cuando muere? Es preciso que estudiemos la Biblia. Lucas 16:19-31;
ilustra el caso del rico y Lázaro, el primero fue a un lugar de tormento (la
antesala del infierno), mientras que el otro, fue a un lugar de delicia, al
paraíso.
Eclesiastés 10, aconseja no hablar mal del rey o presidente, del
rico o de cualquiera persona, tarde o temprano todo se sabe. Es mejor ser
prudente para opinar y manso para calmar los impulsos del corazón. Si uno es
educado en valores morales-espirituales, lleno del Espíritu Santo será calmado y
amable para reaccionar ante las crisis de la vida.
Según Eclesiastés 11
“Alégrate, joven, en tu juventud, y tome placer tu corazón en los días de tu
adolescencia. Anda según los caminos de tu corazón y la vista de tus ojos, pero
recuerda que sobre todas estas cosas te juzgará Dios” Vs.9
Creo y sigo creyendo que la
juventud es la etapa de transiciones, de cambios, y la época ideal para realizar
grandes revoluciones y transformaciones en una sociedad en crisis. Es importante
gozar sanamente de la vida, y disfrutar de ella, sabiendo que un día, Dios
evaluará nuestras motivaciones.
En Eclesiastés 12, temer a Dios es tener
reverencia a su persona, es obedecer todos sus mandamientos. Aprovechemos la
juventud, la hora temprana del día. La figura del hombre en pleno vigor es
impactante para buscar a Dios, antes que muera y tenga que dar cuentas al Señor.
Recuerda que somos niños, jóvenes, adultos y luego ancianos, con poca
fuerza, todo se desgasta y deteriora, pero si confiamos en Dios, aún en nuestra
vejez Él nos acompañará. Dios te conoce y te ama, seas niño, joven, adulto o
anciano, confía tu vida a Él. “Teme a Dios y apártate del mal” Ore por
nosotros.
ORE:
Padre, he visto tu poder y fidelidad
en mi vida, te alabo y te sirvo.
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