SUFRIMIENTO Y LIBERACIÓN
SEPTIEMBRE
DIA 01
El inconverso no entiende, como es que Dios,
permite el sufrimiento y de su pueblo Israel y de los cristianos,
seguidores de Cristo. Al sufrir, damos muestra de nuestra humanidad
para que el poder sea de Dios y para que Él nos libere y le demos la
Gloria. Israel sufrió, fue liberado para triunfar...
“Muchas veces me han perseguido desde mi juventud, pero no han
prevalecido contra mí. Sobre mis espaldas araron los aradores;
alargaron sus surcos. El SEÑOR es justo; ha cortado las coyundas de los
impíos. Sean avergonzados y vueltos atrás todos los que odian a
Sion” (Salmo 129:2-5)
El Salmo 128 da un cuadro de prosperidad, pero el 129 muestra que
también el pueblo de Dios sufre. Desde el principio, el pueblo de Dios
sufrió oposición, pues vivimos en un mundo caído donde hay conflicto
contra Dios. El NT lo explica más. Lo que destaca este Salmo es que la
obra de Dios defendiendo a su pueblo y liberándolo hace resaltar su
poder y su fidelidad. La figura de “arar sobre las espaldas” indica
sufrimiento horrible. Isaías usa una figura semejante en 1:6 y en 50:6
la misma figura describe el sufrimiento del Siervo de Jehová, lo que
nos hace recordar cuánto el Mesías sufrió por nosotros. Las opresiones
hicieron daño físico a los israelitas (v. 3), pues lit. los golpes de
los capataces hicieron surcos en sus espaldas (cf. Is._50:6). Pero
nunca acabaron con el pueblo de Dios, porque Dios es justo y fiel. Su
pueblo ha sobrevivido a través de más de 30 siglos. Una vez preguntaron
a Martín Lutero cómo se puede comprobar que la Biblia es la Palabra de
Dios. Su respuesta fue: “los judíos”. CBMH
Como Pastor y guía espiritual, constantemente consuelo, a los que
sufren, y trato de enseñar que el sufrimiento es parte de nuestro
crecimiento, no debemos orar a Dios que nos quite el dolor, si hay
pecado, confesarlo y dejar que Dios nos discipline o nos levante. Todos
sufrimos, hasta los que estamos guiando, somos los más expuestos para
que el dolor cual tutor, nos guíe a ser humildes y reflejemos a Cristo,
aunque los inmaduros nos vean como mansos que no saben que hacer. Ore
que Dios le consuele y por este Ministerio crezca cada día.
ORE:
Padre, gracias por el dolor, por lo que tu permites para sufrir, ser
consolado por ti, consolar a otros y crecer para ser maduros y ser útil
a ti..
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