Meditacion del dia
El Espíritu de Dios me transforma
“Entonces el Espíritu del Señor vendrá sobre ti con poder, y
profetizarás con ellos, y serás mudado en otro hombre” I Samuel 10:6.
No puedo decir que este es otro día igual que los demás. No puedo decir que seguiré siendo el mismo de cada día sin ninguna sombra de cambio en mi existencia.
No puedo decir que no hay esperanzas, porque cada día es una oportunidad no solo para vivir, si no para cambiar. No es un cambio humanista enraizado en los propósitos humanos de buena voluntad.
Es un cambio que descansa en el Señor en el poder de su Espíritu. Porque Dios existe es que hay oportunidades para volver a empezar y empezar con los ojos puestos en el autor y consumidor de nuestra fe.
Cuando Saúl fue escogido por Dios como Rey de Israel, el profeta de Dios el día que lo ungió dijo estas solemnes y prometedores palabras: “Entonces el Espíritu del Señor vendrá sobre ti con poder y profetizaras con ellos, y serás mudado en otro hombre”.
Que solemnes palabras. La promesa de que el Espíritu del Señor vendría sobre el con poder. Esta promesa para nosotros variaría un poco, porque ya el Espíritu de Dios ha vendido y mora en nosotros, pero si sigue siendo el Espíritu de poder.
La persona del Espíritu no solo mora en mi y tiene el mismo poder , pero ese Espíritu puede cambiarnos y esta cambiándonos día a día.
No tenemos porque seguir siendo los mismos. Lo que necesitamos es dejarnos moldear por el Espíritu de poder y se transformados así de gloria en gloria, como por el Espíritu del Señor.
Hoy me dejaré moldear por el Espíritu y seré cambiado según el plan y propósito divino. Enfrentaré la vida consciente de queen él soy y seré nueva criatura. Las cosas viejas pasaron y toas son hechas nuevas.
Padre celestial. Lleno de gracia y amor, cuan grande eres tu. Digno de ser grandemente alabado. Tu me hiciste y me has comprado con la preciosa sangre de tu hijo. Hoy te alabo por quien tú eres y por tu gran misericordia.
Hoy sé que tu amor, bondad, ternura y cariño me renovará en este día. Espíritu Santo, tú que moras en mi, ilumíname y fortaléceme en mi camino. Transfórmame según el puro afecto de tu voluntad. Haz de mi corazón, un corazón cada día nuevo.
Permite hoy que mi sonrisa, las palabras sinceras y mis hechos puedan tocar a alguien sufriente y ese toque sea la puerta de entrada para que tu Espíritu Santo los renueves a ellos. En el nombre de Jesús.
Amen.
Cristo te ama y yo tambien, alaba y gozateeeeeeeeeeeeee. Santo, Santo, Santo es el Señor.
No puedo decir que este es otro día igual que los demás. No puedo decir que seguiré siendo el mismo de cada día sin ninguna sombra de cambio en mi existencia.
No puedo decir que no hay esperanzas, porque cada día es una oportunidad no solo para vivir, si no para cambiar. No es un cambio humanista enraizado en los propósitos humanos de buena voluntad.
Es un cambio que descansa en el Señor en el poder de su Espíritu. Porque Dios existe es que hay oportunidades para volver a empezar y empezar con los ojos puestos en el autor y consumidor de nuestra fe.
Cuando Saúl fue escogido por Dios como Rey de Israel, el profeta de Dios el día que lo ungió dijo estas solemnes y prometedores palabras: “Entonces el Espíritu del Señor vendrá sobre ti con poder y profetizaras con ellos, y serás mudado en otro hombre”.
Que solemnes palabras. La promesa de que el Espíritu del Señor vendría sobre el con poder. Esta promesa para nosotros variaría un poco, porque ya el Espíritu de Dios ha vendido y mora en nosotros, pero si sigue siendo el Espíritu de poder.
La persona del Espíritu no solo mora en mi y tiene el mismo poder , pero ese Espíritu puede cambiarnos y esta cambiándonos día a día.
No tenemos porque seguir siendo los mismos. Lo que necesitamos es dejarnos moldear por el Espíritu de poder y se transformados así de gloria en gloria, como por el Espíritu del Señor.
Hoy me dejaré moldear por el Espíritu y seré cambiado según el plan y propósito divino. Enfrentaré la vida consciente de queen él soy y seré nueva criatura. Las cosas viejas pasaron y toas son hechas nuevas.
Padre celestial. Lleno de gracia y amor, cuan grande eres tu. Digno de ser grandemente alabado. Tu me hiciste y me has comprado con la preciosa sangre de tu hijo. Hoy te alabo por quien tú eres y por tu gran misericordia.
Hoy sé que tu amor, bondad, ternura y cariño me renovará en este día. Espíritu Santo, tú que moras en mi, ilumíname y fortaléceme en mi camino. Transfórmame según el puro afecto de tu voluntad. Haz de mi corazón, un corazón cada día nuevo.
Permite hoy que mi sonrisa, las palabras sinceras y mis hechos puedan tocar a alguien sufriente y ese toque sea la puerta de entrada para que tu Espíritu Santo los renueves a ellos. En el nombre de Jesús.
Amen.
Cristo te ama y yo tambien, alaba y gozateeeeeeeeeeeeee. Santo, Santo, Santo es el Señor.
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