febrero 06, 2007

LAS SIETE INTERVENCIONES DIVINAS (CONCLUSION)


6. El quinto ángel y la siega (14:14, 15)

El Armagedón está a punto de empezar y se nos da aquí un breve resumen que es amplificado en los capítulos que siguen. Para introducir este pasaje, Walter Scott escribe: "El juicio divino está a punto de barrer a la inicua tierra con la escoba de la destrucción para limpiarla del mal. La siega y la vendimia son figuras familiares empleadas para expresar las últimas operaciones de Dios. La primera representa el juicio por discriminación; la segunda se refiere a la ira indiscriminada. En la siega, el trigo es separado de la cizaña. En la vendimia, la cizaña queda sola en la escena profética y es sujeto de la justa venganza del Señor."
A. El segador de la cosecha
El segador celestial a quien Juan vio, no cabe duda de que era el Señor Jesucristo, quien es designado aquí como "el Hijo del Hombre". Bajo este título es como Cristo trata con el estado de cosas que hay sobre la tierra y juzga a los inicuos (Mateo 25:31-33; Juan 5:22-27). Debido a su relación con la raza humana, Cristo pone en ejercicio todas aquellas características que lo capacitan para el dominio universal.
Para introducir la visión del segador, Juan utiliza otro "he aquí", ya que está a punto de tratar sobre asuntos de interés especial. El primer objeto en atraer la atención del apóstol fue una nube blanca, lo cual es algo muy familiar en las tierras mediterráneas. Esta nube era similar a la nube resplandeciente de la transfiguración de Cristo (Mateo 17:5). Las nubes simbolizan la presencia divina (Ezequiel 10:4; Apocalipsis 10:1). El color blanco constituye un color prominente en Apocalipsis e indica la pureza y la absoluta justicia del segador en sus acciones.
El Creador de todas las nubes está sentado sobre una nube blanca. Con una nube como carroza, el Señor se dirige a su cruel tarea. El estar sentado sobre lo blanco sugiere calma y juicio deliberativo. Con la debida precisión, el segador recoge su cosecha.
La corona de oro que lleva sobre su cabeza es una guirnalda de victoria, y no su diadema de Rey. La victoria completa de Cristo se describe en detalle en 19:11-21, cuando muchas coronas ceñirán su frente. Su dignidad y sus derechos reales son sugeridos por sus coronas de oro — "como coronas de oro" (9:7) — pero la corona de oro de Cristo expresa la justicia divina en sus acciones victoriosas y no se trata de meras imitaciones de coronas. El hecho de que estas coronas le son conferidas por Dios, hace que ejerza autoridad real.
La aguda hoz que está en la mano del segador celestial es un símbolo de sus derechos sobre la siega. La ley mosaica ordenaba: "No aplicarás hoz a la mies de tu prójimo." Cristo con su hoz quiere decir que El segará el campo sobre el cual tiene autoridad. Lo "agudo" de la hoz indica que la acción de la siega será hecha de prisa y será completa. Es muy significativo que el emblema nacional de la Unión Soviética esté formado por el martillo y la hoz, los cuales está usando con temible eficacia para recoger una gran cosecha para el credo ateo del comunismo. Pero Dios usará su martillo — su Palabra (Jeremías 23:29) — para aplastar las hordas de la confederación del norte (Ezequiel 38; 39; Apocalipsis 19:15). Entonces su hoz recogerá una siega de juicios.
Otro ángel, distinto de los que ya han sido mencionados, sale del templo y llama a acción inmediata al segador. Este ángel no le da una orden al Hijo del Hombre, sino que es solamente un mensajero que anuncia al Hijo la voluntad del Padre Dios, en cuyas manos están los tiempos y las sazones. Todo el tiempo había estado esperando Cristo este mensaje, y ahora lo escucha (Hebreos 10:12, 13; Salmo 2:7-9). Dios comienza a actuar y el ángel sale del templo; el Segador del juicio está a punto de invadir la tierra. El templo y el trono, términos usados con mucha frecuencia en Apocalipsis, representan la presencia y la autoridad de Dios.
B. La cosecha madura
El Hijo del Hombre actúa con presteza, porque la cosecha está madura, "más que madura" o "seca". William Neweil nos dice: "La palabra griega usada aquí es la misma que se usa para la higuera de Marcos 11:20; mientras que en Lucas 23:31 se usa la forma adjetival:
'¿En el seco, qué no se hará?' refiriéndose a lo terrible de los últimos días de Israel."
"La hora de segar ha llegado" es una terrible declaración que nos hace retroceder a los profetas del Antiguo Testamento, quienes nos describen el tiempo de la siega de los obreros de iniquidad, ya maduros al final del período del dominio gentil. Joel 3:13 dice:
"Echad la hoz, porque la mies está ya madura. Venid, descended, porque el lagar está lleno, rebosan las cubas; porque mucha es la maldad de ellos." Esto solo puede indicarnos que la mies madura no son los santos salvos, maduros para la gloria, sino los impíos, quienes están ya listos para el juicio.
C. Los segadores de la cosecha
Cinco palabras son suficientes para describir el terrible fin de todo aquello en lo cual se ha gloriado el hombre: "Y la tierra fue segada." ¡Qué siega! Esta es la temible segunda venida del Rey de reyes en el gran día de su ira.
El Hijo del Hombre usa a los ángeles como segadores directos (Maleo 13:39), y ellos actúan con rapidez y presteza en su tarea de segar. Un proceso de separación tiene lugar: se observa la discriminación entre el trigo y la cizaña y entre los peces buenos y los malos. No se habla de una ejecución de castigos en esta siega, porque eso se llevará a cabo durante la vendimia. En esta siega se verificará un proceso de juicio discriminativo, previo al establecimiento del reino. Aunque se describen como un solo acto de segar, escos acontecimientos tienen lugar durante un período considerable y emplean varios agentes de parte de Dios.
7. El sexto ángel y la vendimia (14:17-20)
Hay dos ángeles en la visión de la viña de la tierra y su juicio. En 14:17 tenemos al ángel del templo con su hoz aguda. En relación con la descripción que se da sobre el Hijo del Hombre en 14:14, este "ángel de venganza" significa la asociación de los ángeles con Cristo en su obra judicial. Y así es como tenemos al "ángel que sale del altar" (14:18).
Qué clase de altar sea éste, no se dice. Sí representa al altar de bronce (el altar de los juicios), entonces la idea que se quiere dar es el juicio puro, no mezclado: el juicio divino sobre la viña de la tierra (Deuteronomio 32:31-35). Pero si este altar está representando aquí el altar del incienso (8:3-5; 9:13), entonces tiene un significado diferente. Fue sobre este altar donde se ofreció el incienso acompañado de las oraciones de los santos, lo cual trajo los terribles juicios de Dios sobre sus enemigos. El clamor de las almas de los que habían sido martirizados y que estaban debajo del altar (6:9) va a ser contestado completamente ahora. El falso profeta hizo grandes maravillas e hizo caer fuego del cielo, pero ahora el ángel del altar, que tiene poder sobre el fuego, sale y se dirige hacia los inicuos de la tierra. La cizaña será lanzada ahora al horno de fuego (Mateo 13:40-42).
El recipiente del juicio es "la viña de la tierra", porque sus uvas no fueron lo que el Creador esperaba, considerando todo el cuidado con el cual El la cultivó. La expresión "viña de la tierra" cubre el sistema religioso en su totalidad durante la visitación venidera de la ira de Dios. Las uvas de la apostasía mundial son "uvas silvestres". Al gran lagar de la ira de Dios deberán ser lanzados los apóstatas judíos y también los apóstatas gentiles. Este es el día de la venganza de nuestro Dios y no habrá esperanza de misericordia (Isaías 63:1-3; Jeremías 25:15, 16;Joel 3). Cristo, la verdadera viña, trata directamente con las uvas de iniquidad producidas tras siglos de cultivo y cuidado. Dichas uvas están completamente maduras para ser quemadas. La frase "las uvas están maduras", tal como se usa en 14:18 significa "han llegado a su colmo".
La expresión "fuera de la ciudad" indica la esfera donde será derramada la plenitud de la venganza de Dios. Jerusalén es la ciudad, y el valle de Josafat (donde se verificará la batalla de Armagedón) queda inmediatamente fuera de la ciudad. "Muchos pueblos en el valle de la decisión; porque cercano está el día de Jehová en el valle de la decisión" (Joel 3:14). "Fuera de la ciudad" también puede implicar que el escenario del derramamiento de la sangre de Cristo y de su pueblo será el mismo donde se verificará el juicio divino sobre todos los que rechazaron a Cristo.
Hay algo terriblemente repulsivo en la descripción que nos da Juan acerca de que los ríos de sangre humana llegan hasta los frenos de los caballos, por una distancia de casi trescientos kilómetros. La frase "del lagar salió sangre" es un lenguaje simbólico que describe la terrible matanza de los inicuos cuando el Señor los aplaste en su furia. Cuando Dios manifieste su poder, aplastará vastas multitudes, reduciéndolas a una pulpa sangrante. La bestia y el falso profeta juntamente con todos sus engañados seguidores y adoradores serán exterminados para siempre.
En la actualidad, cuando observamos el movimiento de ejércitos contrarios, nos parece como si el oriente estuviera preparándose para convertirse muy pronto en un importante teatro de guerra. Alrededor de Israel se están reuniendo gigantescas fuerzas militares. ¿Es esta conglomeración de poderes un anticipo de lo que sucederá cuando el Libertador de Israel aplaste a todas las naciones de la tierra que estén involucradas en la batalla? Sin lugar a dudas, la tierra está llegando a su punto de maduración para la vendimia de Dios en su forma más fuerte. A medida que nosotros observemos que ese día se acerca, se nos hace más imperativo que persuadamos a los pecadores para que huyan de la ira que vendrá. Hoy todavía estamos en el día de la gracia, y cada día que ésta se extienda debemos usarlo para rogarles a los incrédulos que nos rodean que se reconcilien con Dios.
BENDICIONES
PASTORA LUCY
ADMINISTRADORA

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