“¡MALDITA VIDA! ¡BENDITA MUERTE!”
ABRIL
DIA 21
“Después de esto, abrió su boca y maldijo su día. Exclamó, pues, Job y dijo: ¡Perezca el día en que yo nací y la noche en que se dijo: Un varón ha sido concebido!” (Job 3: 1-2)
El mundo maldice la vida y el dolor que soporta a diario. ¿Es posible maldecir la vida? El creyente en Cristo, tiene otra actitud, no debe maldecir, sino bendecir.
Job no maldice a Dios, como el acusador había supuesto, sino el día en que vino al mundo para soportar tan terribles sufrimientos (RV95)
Cuanto más permanece Job en el tema de la muerte, más se encuentra a sí mismo fascinado por ella. Francisco de Asís se dirige a la muerte como “tú, la más dulce y amada hermana”, para él, la muerte era una criatura del Dios y Rey a la cual podía apelar para alabar al Creador. Para Job era una escapatoria de la vida, una anestesia que podía ser que su alma olvidara los “dardos de la ultrajante fortuna” dice Guthrie.
Hay que entender a Job, la prueba es muy dura. Hay pérdidas de sus bienes, recordemos que era hombre rico y muy importante. Hay pérdida de sus hijos. Y para el colmo su esposa no lo comprende ni lo apoya en su dolor.
Podemos hasta cierto punto, desahogarnos. Puede venir la depresión y los sinsabores de la vida; pero jamás, maldigamos a Dios.
Que tal si en un hermoso o sencillo poema, en prosa o en rima, usted le alaba a Dios, o describe sus tragedias. Es una buena terapia hacer esto.
El sufrimiento puede provocar dos reacciones: Una, endurecer nuestro corazón y alejarnos de Dios. Dos, acercarnos al Señor para amarle y servirle con mayor pasión, lo último queremos, hacer su voluntad sin queja alguna y ser agradecido por la vida y ser útil al necesitado. Ore por este Ministerio.
ORACIÓN:
Señor te agradezco por la dura prueba que me das. Fortalece mi vida y mi carácter para hacer tu voluntad.
BENDICIONES
PASTORA LUCY
ADMINISTRADORA
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