febrero 05, 2010

TRATAMIENTO DE LA LEPRA E IMPUREZAS SEXUALES

TRATAMIENTO DE LA LEPRA E IMPUREZAS SEXUALES
FEBRERO

DIA 05

Lectura: Levítico 13,14,15

"Cuando el hombre tenga emisión de semen, lavará en agua todo su cuerpo, y quedará impuro hasta la noche" (Levítico 15:16)

Según Levítico 13, una persona leprosa, era marginada de la sociedad. Si alguien tenía lepra era un inmundo, se lo encerraba por siete días y si era culpable de lepra, se lo expulsaba del campamento, hasta ser sanado.

La frase "llaga de lepra" abarcaba una variedad de enfermedades de la piel. Se extendía hasta el moho y defectos de la ropa, y de la casa. A veces se confundía el empeine o enfermedad cutánea con la lepra, que no esta incluida entre las enfermedades incurables. (H. Caribe)

En Levítico 14. La lepra en los tiempos bíblicos, era letal y marginaba al leproso quien tenía que ser examinado por el sacerdote, éste le hacia el diagnóstico y tratamiento que debía seguir.

La persona declarada sana de lepra, tenía que dar en sacrificio, dos aves vivas limpias, la una la mataba y la otra la liberaba. Además, tenía que asearse, para poder entrar al campamento. Había cuidado único sobre la lepra, la casa donde habitaba, el vestido que usaba. Toda una ceremonia y rituales, pues, el leproso era declarado impuro, sin contacto social.

En Levítico 15. El Libro de Levítico tiene el objetivo de guiar al pueblo a vivir en santidad a Dios, y aunque parezca increíble, aún en lo sexual debemos ser santos y puros ante Dios. La emisión de semen podía ser normal y anormal, está última en enfermedades venéreas. Había que tener cuidado al tocar ciertos objetos, pues, los contaminaba. Igualmente la mujer cuando tenía flujo de sangre tenía que estar siete días alejada.

El tratamiento era sencillo pero eficaz, lavar todo el cuerpo con agua, lo mismo que las cosas tocadas. Al octavo día debía tomar dos tórtolas o palominos y se las daba al sacerdote, quien las ofrecía a Dios, uno como ofrenda por el pecado y la otra como holocausto. Hoy, el aseo es vital.

MEDITE:

¿Aseo mi cuerpo, para servir al Señor, al enseñar y trabajar?

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